domingo, 22 de agosto de 2010

Respira...


Respira... respira... ¡¡RESPIRA!!
No es nada... nada es nunca algo.
No pasa nada... tranquila.
¿Por qué? Hacía tanto que no pasaba (una semana...)
Respira...
Huye, si quieres, si lo sientes necesario. A nadie le molesta que te alejes, si es por tu propio bien.
Nadie te mirará por encima del hombro... No, no me mires así, no puedo asegurarte eso...
Por lo menos, yo estaré aquí... siempre. Para eso estoy, ¿no?
Ya lo superamos una vez, ya cancelamos (pospusimos) el plan.
Respira...
Ya está pasando, ¿verdad? Sólo respira...
No, no llores. Cierra la ventana, cúbrete del frío. Todo está bien. Yo estoy aquí.
Ella... no lo hizo a propósito.
Ella no sabía que verías las fotos... que sabrías que te dejó fuera.
Ella no quería lastimarte, ella... ella dice que aún le importamos.
¿Le... importamos?
Tal vez...
¡No lo sé! ¿Qué quieres que te diga? Ah... ¿lo ves? Ya vuelves a respirar bien.
Ya pasó. Ya... no pienses en eso.
Déjame llevármelo, amordazarlo, enterrarlo en el cementerio a media noche.
Lo olvidaremos pronto, como si nunca hubiera pasado.
Sólo respira.