sábado, 30 de mayo de 2009

Ella lo sabe

Ella lo sabía. Sabía que él me gustaba y aún así, cuando salimos los tres, pareció no importarle. Ella sabía que él me gustaba. Sabía que no me había dejado de gustar en los tres años que llevo de conocerlo. Y aún así lo tomó de la mano. Aún así le acarició el cabello. Aún así dejó que él la abrazara muchas veces... A pesar de que también sabía que yo los estaba viendo.



Ella no vio (o no quiso ver) mi expresión. Me sentí tan... de sobra.
Él se ve mucho mejor con ella que conmigo. Son una bonita pareja. Es innegable.
No puedo competir con ella. Es imposible. Después de todo... es mi hermana.

Y claro, ahora quiere que la ayude a bañar a su perro.

Dejé de dibujar cielos

Antes dibujaba cielos blancos y nubes azules
Luego me di cuenta de que era al revés
… y dejé de dibujar cielos




Me gustan muchas personas. Muchas, muchas, muchas. Se sorprenderían de saber la cantidad estimada. Veo en esas personas cosas especiales. Su carisma, su sonrisa, su voz, su sonrisa, sus gestos, sus ademanes, la manera en la que parecen saber exactamente lo que estoy pensando.
Por eso mismo, porque me gustan tantas personas, no me siento con el derecho de luchar por ninguna de ellas. No me siento con el derecho de gustarle a ninguna de ellas, aunque muchas veces ese sea mi más desesperado deseo. No siento que merezca a ninguna de esas personas porque tal vez sentirían que sólo las quiero con una parte de mí, cuando en realidad las quiero con todo mi ser. A todas esas personas. A todas. A la vez que no me siento con el derecho de tener una relación con alguien, es lo que mi corazón más anhela.



Y lo peor de todo, ¿saben qué es? Cuando, después de semanas (algunas veces meses) de pelearme conmigo misma, tomo la decisión de hacer un esfuerzo por formar algo con alguien… termina siempre en el fracaso. Y es que ya no sé cómo comportarme con alguien así. Hago cosas estúpidas que terminan alejándolos de mí. Es cuando me digo nunca más. Pero claro, tengo que volver a caer. Esta bestia es capaz de cometer el mismo error, no una, no dos, ¡miles de veces!



Lo quiero todo, pero no creo tener el derecho de tenerlo. Lo quiero todo, pero no con la suficiente determinación como para luchar por ello. Lo quiero todo, pero no lo tengo.
Tengo muchas otras cosas. Él me reclamó: “¿Te gusta más lo que te ofrece la nada que lo que tienes aquí? ¿No tienes amigos? ¿No tienes familia? ¿No tienes libros?”. He de admitir que lo de los libros me hizo gracia. Después de todo es una de las cosas que más aprecio de la vida. Bueno, a lo que iba. Él sintió que yo no apreciaba lo que tenía. Él sintió que estaba siendo egoísta. Lo soy, pero ese no es el punto. El punto es que él no comprendió lo que quería decir.



Precisamente el problema es ese, que yo sé todo lo que tengo; estoy consciente de todas las personas a mi alrededor; puedo notar que no estoy sola… y aún así me siento inmensamente vacía. Como si hubiera un océano entre yo y el resto del mundo, por muy dramático y mamón que eso se escuche. Yo sé que no estoy sola, pero me siento así. Y no importa cuántas veces me digan que no estoy sola, la sensación se niega a irse.



Por eso dejé de dibujar cielos.

domingo, 24 de mayo de 2009

Nightmares and Alucinations

Falto de experiencia
Falto también de amor
Ingenuo por excelencia
Viejo conocido del dolor

Ignoren eso. Se formó en mi cabeza esta mañana y lo acabo de recordar.
Soñé algo muy extraño. Una mezcla de muchas cosas insignificantes que han pasado estas últimas semanas. Un dije perdido, una amiga extraviada, una esperanza muerta tiempo atrás. No recuerdo mucho, sólo flashazos. No importa, de todos modos dudo que tuviera mucho sentido aún si recordara todo. Así son muchos de mis sueños… excepto unos cuantos, que aún después de muchos años sigo recordando con todos sus desagradables detalles.
Pero las pesadillas no son del todo malas, aunque me hagan despertar llorando. Hubo una época en tercero de secundaria en la que tenía pesadillas todas las noches. Esas pesadillas me hicieron eco en la cabeza por un año entero, hasta que me decidí a plasmarlas en papel. Ahora es una historia en proceso (como el 99.9% de mis historias ._.) pero espero terminarla pronto, antes de que sea demasiado tarde.
Tal vez esté de más decirlo, pero esas pesadillas me asustaron más allá de los límites sospechados. Tal vez fue eso lo que me impulsó a darles forma (según yo). Es que así es el miedo. Después de dejarlo salir se desvanece.
Todo se desvaneces después de un tiempo.
Nada es para siempre.

jueves, 21 de mayo de 2009

One is the first

Primer post.

Hoy me siento diferente por alguna extraña razón. Por supuesto, me sentí ociosa (¿y qué mejor prueba que este blog?). Pero también me sentí como... en una burbuja... como en una caja. Cuando les dije a mis amigos (?) que durante las vacaciones me iba a aislar por completo del mundo, no estaba bromeando. De verdad me encierro a piedra y lodo y me niego a salir. Lo hago a veces, dependiendo de mi fragilidad emocional (y dramatismo) del momento. De pronto simplemente me siento incapaz de hacer el menor esfuerzo. Me tiro en mi cama (hasta que mi madre llega a tratar de echar mi puerta abajo para sacarme de mi sopor letárgico) y le doy rienda suelta a mis pensamientos con la esperanza de que para cuando termine el día tenga algo de material para escribir.

¿Saben por qué escribo? ¿No? Yo creía saberlo, pero mi explicación ha ido perdiendo lógica conforme pasa el tiempo. Creía que escribía para liberar un poco la presión que se me acumulaba en el pecho, para que me doliera un poquito menos lo que me pasaba. Creía que escribía porque era la única manera que conocía de expresarme ya que mi habilidad para decirle a las personas que me importaban lo que sentía se volvió nula después de salir del preescolar (ahh, qué buenos esos días cuando llegaba llorando del kinder a abrazar a mi madre y decirle "¿Quieres que te cuente toda la historia?" con esa típica voz infantil que les arrancaba a los adultos exclamaciones de "Awwww!").

Pero ahora no lo sé. No tengo muy claro por qué escribo. Creo que escribo por el simple hecho de que es una costumbre que me recuerda a ella. Ella, siempre ella. Ya que ella ya no está tengo que hacer cosas que mantengan vivo su recuerdo.

En fin. El hecho es que escribo. No muy bien, no con mucha coherencia, pero hago el intento. A veces me dan lo que Carolyn llama "crisis de escritor", que es cuando de pronto todo deja de tener sentido y simplemente dejo de escribir. Siento como si Atenquenses y granaderos se disputaran las pocas neuronas que me quedan, causando cierres viales y unos cuantos incendios en mi corteza encefálica.

Pero vale, por el momento creo que estoy medio estable. Por lo menos lo suficiente como para retomar un par de historias abandonadas desde hace años (literalmente) que no actualizaba desde el 2006 o algo así. Y también estoy lo suficientemente cuerda como para darle algo de sentido a este, mi primer y agotadoramente largo post.

Y ahora que me puesto un poco en orden mis pensamientos puedo decir que...

bah... me da hueva, tal vez otro día... si es que me acuerdo...

Nos vemos!