lunes, 14 de febrero de 2011

Vicioso San Valentín


Qué angustia no poder hacer algo lindo por la persona que amas.

Quise vestirme como una chica este San Valentín para darle una sorpresa a mi chico. Quise hacerlo, tomar una blusa gris de tirantes con botones dorados al frente y un escote pronunciado y simplemente ponérmela, peinarme con una línea en el cabello y una pequeñísima trenza sujeta de un broche de colores, ponerme zapatos plateados y dejar que mi anatomía delatara lo que soy de nacimiento: una mujer.

No pude hacerlo. No pude.

Esa no soy yo. Tal vez algún tiempo intenté con todas mis fuerzas serlo, me dejé el cabello largo y ondulado, me compré ropa femenina, incluso minifaldas. Siento ganas de llorar cuando pienso en esa época.

Esa no soy yo.

Terminé tomando una playera blanca, mi chaleco negro y mis converse. Sólo así me sentí con el suficiente valor como para salir de mi casa e ir a la escuela.

Lo siento mucho, Majadero besa-manzanas. No soy la chica de la que te enamoraste. No puedo ser ella. Moriría de intentarlo de nuevo.

Te amo, lo sabes, pero dudo que tú ames a mi verdadero yo. A ese yo que en realidad no es una chica, ni un chico siquiera, pero está más cerca de ser lo segundo que lo primero.

Lo siento… lo siento tanto.