- Leí menos de 20 libros, pero todos valieron la pena.
- Mi chico me mandó al demonio por una niña.
- Salí del clóset para tres personas.
- Renuncié a intentar ser alguien que no era.
- Intenté hacer algo al respecto, pero me entró el pánico y huí.
- Me llamaron hijo, joven, muchacho, niño, sobrino, tipo, gañán, entre otros.
- Conocí a la bebé más linda del mundo en el metro.
- Cambié de username en Twitter.
- Dejé de ir a box por flojera.
- Comencé a escribir pseudo-poesía.
- Abrí una cuenta en Tumblr.
- No terminé de escribir “Si tuviera alas”.
- Fabián extendió un poco más sus límites.
- Ayleen se fue a esconder a un rincón.
- El té se volvió mi adicción.
- Dormí menos que de costumbre.
- Comí más que de costumbre.
- Volví a ver a mis amigos de Liceo.
- Hice limpieza profunda de mi cuarto… ¡DOS VECES!
- Por fin me gustaron mis lentes.
- Me enamoré de Cuevana.
- Me decepcioné de Cuevana.
- Compré mi primer cárdigan.
- Participé en un evento para romper un récord Guinness.
- Me vestí de superhéroe en público.
- Cumplí un año y medio en Periodismo.
- Empecé a trabajar en El cafetín de las 5, una revista electrónica.
- Subí de calificaciones.
Dependencia: Necesidad mental o emocional por otra persona, droga o sustancia. Estado de subordinación, sometimiento o sujeción. Incapacidad de tomar decisiones o aserciones propias. Estado actual.
sábado, 31 de diciembre de 2011
Recuento de los daños, 2011
Etiquetas:
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