lunes, 14 de febrero de 2011

Vicioso San Valentín


Qué angustia no poder hacer algo lindo por la persona que amas.

Quise vestirme como una chica este San Valentín para darle una sorpresa a mi chico. Quise hacerlo, tomar una blusa gris de tirantes con botones dorados al frente y un escote pronunciado y simplemente ponérmela, peinarme con una línea en el cabello y una pequeñísima trenza sujeta de un broche de colores, ponerme zapatos plateados y dejar que mi anatomía delatara lo que soy de nacimiento: una mujer.

No pude hacerlo. No pude.

Esa no soy yo. Tal vez algún tiempo intenté con todas mis fuerzas serlo, me dejé el cabello largo y ondulado, me compré ropa femenina, incluso minifaldas. Siento ganas de llorar cuando pienso en esa época.

Esa no soy yo.

Terminé tomando una playera blanca, mi chaleco negro y mis converse. Sólo así me sentí con el suficiente valor como para salir de mi casa e ir a la escuela.

Lo siento mucho, Majadero besa-manzanas. No soy la chica de la que te enamoraste. No puedo ser ella. Moriría de intentarlo de nuevo.

Te amo, lo sabes, pero dudo que tú ames a mi verdadero yo. A ese yo que en realidad no es una chica, ni un chico siquiera, pero está más cerca de ser lo segundo que lo primero.

Lo siento… lo siento tanto.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Sentimentalmente jodida


El jueves falleció mi abuelito.
Yo estaba sola en mi casa cuando mi mamá me llamó por teléfono para avisarme. Me dijo que buscara su agenda y comenzara a hacer llamadas para avisarle a mis tíos, y que buscara los documentos de Jardínes de Oriente para enterrarlo. Estaba tan sola... me obligué a tragarme mis lágrimas para hacer lo que ella me pedía. Creo que en ese momento perdí las lágrimas que tuve que haber derramado para superarlo poco a poco. Ya no pude llorar por él. Ni siquiera cuando lo enterramos, el sábado. Mi hermana lloró mucho, y todos pensaron que era porque ella lo quería más que yo.
Ya nadie se acercó a abrazarme, sólo a ella. Lo único que pude hacer yo fue entrar un momento a twitter y escribir... nadie preguntó si estaba bien, nadie preguntó qué había pasado. Esas líneas (y fueron muchas) pasaron inadvertidas por mis amigos. O tal vez sólo decidieron que tenían cosas mejores que hacer. Me dolió tanto... me sentí tan tremendamente sola, tan traicionada y triste, patética, egoísta. Eliminé mi cuenta de twitter, y probablemente haga lo mismo con la de facebook, pero aún no lo decido.
Y ella, Carolyn, de la que menos esperaba algo, fue la única que trató de consolarme. Me habló por teléfono cuando le dije por qué ya no iba a ir a la posada... habló conmigo hasta que su crédito murió y me hizo sonreír. Y ahora no sé cómo sentirme al respecto.
Estoy jodida...

Te extraño, abuelo.


domingo, 10 de octubre de 2010

Muero por ella

La llamé, lloré, la perseguí

Hasta que me olvidé de ella

De su voz, de su piel, de sus ojos de estrella

Y ella se olvidó de mí


La gravedad se encargó del resto

La sangre fluyó por mis brazos y mis manos

Uno, dos, ocho o nueve cortes, y él molesto

Y yo sólo buscando olvidarnos


Ella no quiere que esté sola en mi tumba

Pero tampoco busca acompañarme

Abandonada, sin ningún alarde

Y ella no escucha mi grito de ayuda

domingo, 22 de agosto de 2010

Respira...


Respira... respira... ¡¡RESPIRA!!
No es nada... nada es nunca algo.
No pasa nada... tranquila.
¿Por qué? Hacía tanto que no pasaba (una semana...)
Respira...
Huye, si quieres, si lo sientes necesario. A nadie le molesta que te alejes, si es por tu propio bien.
Nadie te mirará por encima del hombro... No, no me mires así, no puedo asegurarte eso...
Por lo menos, yo estaré aquí... siempre. Para eso estoy, ¿no?
Ya lo superamos una vez, ya cancelamos (pospusimos) el plan.
Respira...
Ya está pasando, ¿verdad? Sólo respira...
No, no llores. Cierra la ventana, cúbrete del frío. Todo está bien. Yo estoy aquí.
Ella... no lo hizo a propósito.
Ella no sabía que verías las fotos... que sabrías que te dejó fuera.
Ella no quería lastimarte, ella... ella dice que aún le importamos.
¿Le... importamos?
Tal vez...
¡No lo sé! ¿Qué quieres que te diga? Ah... ¿lo ves? Ya vuelves a respirar bien.
Ya pasó. Ya... no pienses en eso.
Déjame llevármelo, amordazarlo, enterrarlo en el cementerio a media noche.
Lo olvidaremos pronto, como si nunca hubiera pasado.
Sólo respira.


domingo, 18 de abril de 2010

Nos miramos


De pronto nos miramos. Me pregunto si él también me extraña. Probablemente. ¿Por qué no le hablo? No es el orgullo el que me lo impide. No, mi orgullo murió hace tiempo ya. ¿Entonces qué es? ¿El egoísmo? ¿El no quererlo inmiscuir en el flujo de mi vida, de mis planes? Quisiera que no me quisiera (ya se te cumplió) para que cuando llegue el momento, no me extrañe mucho. Quisiera que me resintiera, que se sintiera herido por mi torpe estupidez, que pensara en mí como lo que soy: un desastre al borde del abismo, imposible de salvar.

Nos miramos. No sé qué refleja mi mirada, pero él parece intranquilo. ¿Sospechará lo que planeo hacer?

jueves, 1 de abril de 2010

The Dark side of the Moon

Ne avertas oculos a fulgure huius sideris si non vis obrui procellis.






By: Mirna Darkwater Dawson


"¡moscas carnívoras que hablan!"

sábado, 27 de marzo de 2010

Un inmenso cariño por ti (II)

Tuvo que levantarla del suelo. Tuvo que abofetearla para que su llanto de dolor se convirtiera en uno de humillación y se detuviera más rápido. Tuvo que arrastrarla hasta el baño para secar sus lágrimas, lavarle la cara y cepillarle el cabello. De nuevo adquirió su aspecto de siempre, excepto por los ojos hinchados de llanto, pero dudó que alguien los notara. La envió a hacer su tarea y luego a dormir. Se recostó junto a ella y le cantó en susurros hasta que aquélla no pudo más y cayó rendida ante el cansancio. La abrazó mientras dormía. Cuánto le había dolido verla así.

Tracemos un nuevo plan.

¿Qué tiene de malo el que ya tenemos?

Lo incluye a él. Necesitas sacarlo de tu vida lo antes posible.

No importa si lo incluye. Lo prefiero así.

Pero…

¿Me estás contradiciendo? Yo soy la que llevará a cabo todo, al final. Tú sólo eres una espectadora.

Ah, está bien. Haz lo que quieras. ¡Llámalo, pídele disculpas, abrázalo y dile que lo sientes mucho! Humíllate más aún. Sabes que él no te corresponde.

Dijo que me quiere. Eso debe significar que el plan aún le afecta.

¿Podemos dejar de hablar de él? Me siento demasiado herida aún por sus palabras. Vaya que le gustan los eufemismos. Es débil y cobarde. No se atreve a decírtelo con todas sus letras. Tal vez teme que lo terminemos odiando más de lo que ya lo odiamos.

No lo odiamos. Sólo tú lo odias.

Y tú lo amas sin ser correspondida. ¿Qué es peor?

Ya no lo sé…

jueves, 25 de marzo de 2010

Un inmenso cariño por ti

¡Ah! ¡Maldita seas! ¡Deja de llorar ya! No soporto verte así, tan rota y decepcionada. Sabías qué pasaría.

No… no lo sabía… esperaba otro desenlace…

¡Sabías que cabía perfectamente la otra posibilidad!

No sabía que… no sabía que dolería tanto…

Me das pena. A todo el mundo le das pena, ¿sabes? Deja de darte lástima a ti misma y levántate de ahí, tienes cosas que hacer. Nadie las hará por ti. Es hora de hacer planes y de dejarlo atrás.

¿Qué voy a hacer ahora? ¿En quién deposito todo lo que tengo para dar?

En ti misma. Yo tengo mis esperanzas puestas en ti. Eres la única que puede salvarnos. Eres la única capaz. ¡Ya levántate, maldita sea! ¡Deja de llorar, te ves ridícula! ¡Tú misma te lo buscaste!

If I could be who you wanted… if I could be who you wanted…

Tampoco tus pendejas canciones depresivas harán que vuelvas a moverte. Deja de llorar y de hacerte la víctima. Si aquí hay alguna víctima, es él. Lo acosaste demasiado. Afronta las consecuencias. Se cansó de ti. Lo hartaste.

Eres cruel. ¿No ves que estoy en medio de mi renuncia?

Lo veo. Y tienes que apresurarte. No querrás retrasar nuestros planes aún más, ¿o sí? Suficiente esperamos por su maldita respuesta. ¡Muévete!

miércoles, 24 de marzo de 2010

Cerrando maletas (Cuenta atrás)

Quisiera que, si en verdad lo sientes, me lo dijeras antes de que sea demasiado tarde. Si no lo sientes, dilo claramente. Suelo equivocarme con mis presentimientos, así que quisiera dejar de esperar. Y no es tu culpa que yo esté esperando, pero podrías hacer algo para ayudarme a soportar mejor estos últimos meses. Es la recta final y quisiera terminarla sin remordimientos y, claro, sin tener este sentimiento de pérdida y vacío. Si no hay nada qué esperar, entonces no hay ningún vacío. Quiero salir de la incetidumbre. Aunque tal vez no lo entiendas o sientas que he presionado demasiado con el tema, es importante para mí terminar mis asuntos pendientes. Quiero aclarar todo antes de que termine de cerrar mis maletas. Quiero saber qué puedo llevarme conmigo y qué no. Qué es lo real y tangible en mi vida, y qué es imaginario o inalcanzable.

domingo, 21 de marzo de 2010

Ella juega con las nubes


Ella tiene el poder de moldear el mundo a su antojo.
Sus caprichos traen el clima más adverso y la brisa más suave.
Ella sabe que puede afectar mi humor con un simple soplo, con una risa y lágrimas.
Ella es dueña del cielo y del mar, de las montañas, del paisaje urbano.
No por estar muerta tiene que ser pasiva y holgazana.
Creo que disfruta más jugar así que en vida.
La extraño.